












Bloque de 81 viviendas
El edificio se halla a caballo entre una plaza cívica y una rambla urbana perimetral, ocupando una posición central sobre la plaza y abriéndose al horizonte lejano por encima de los bajos edificios industriales que delimitan la otra acera de la rambla. Jugando estratégicamente entre el número máximo de viviendas permitidas y el gálibo urbanístico normativo se consiguen crear dos grandes espacios colectivos interiores al bloque. Uno, situado en la planta primera y abierto al espacio público de la plaza. El otro, situado en la planta quinta y abierto al paisaje lejano. Con todo ello se consigue que el espacio colectivo y de acceso a las viviendas obtenga una especial cualidad ambiental y de relación. El bloque se plantea con una volumetría contundente, regular y con aberturas iguales y repetidas que acentúan la percepción de su masa y, a la vez, dan mayor valor al vacío interior. El color (blanco, verde, azul) se usa, junto con la variable luz del día, para acentuar, una cierta dispersión textural que aligera la imagen urbana de su volumetría y contradice, deliberadamente y a nivel perceptual, la inevitable asociación entre masa y peso visual.